FC Barcelona - Panathinaikos
El vertiginoso ritmo de competición que marca el calendario no permite saborear las victorias ni sufrir las derrotas. En fútbol, la revancha siempre está a la vuelta de la esquina.
Bueno cuando se llega de un KO y, seguramente, menos bueno cuando el último resultado ha sido positivo. En esta caso, para el FC Barcelona, el partido de mañana ante el Panathinaikos, correspondiente a la primera jornada de la fase de grupos, se espera ya con muchas ganas.
Ante los griegos el objetivo no será otro que sacarse la espina que dejó clavada el Hércules CF el pasado sábado, cuando, contra todo pronóstico, se llevó los tres puntos del Camp Nou y dejó la sensación de haber ‘atado’ al campeón de pies y manos. Y es que el FC Barcelona sólo creó peligro cuando avanzó por las bandas, no cuando trató de tejer su especialidad: el juego de toque para buscar ‘paredes’, ‘pasillos’ o ‘diagonales’.
Fue una decepción para la parroquia barcelonista, que esperaba mucho más de su equipo, especialmente después de haber ganado la Supercopa de España tras levantar un 3-1 en Sevilla y empezar a todo gas la Liga goleando al Racing 0-3 en Santander.
Pero el estado de idilio permanente que vivían equipo y afición sufrió un revolcón inesperado. Nada irreparable, pues la Liga apenas acaba de empezar, pero sí un toque de atención que viene a decir que no se puede vivir de rentas, que para seguir estando en la cima hay que pelear día a día, hora a hora, como había venido haciendo hasta ahora.
Otra vez preparados
El equipo ha preparado a conciencia el choque ante el cuadro heleno. Sabe que no puede fallar para no aumentar la duda que dejó ante los alicantinos. Y sabe que el mejor bálsamo después de un varapalo como el del sábado es responder, con la máxima solvencia y contundencia, en la siguiente oportunidad que se le presente. Es decir, contra el Panathinaikos.
El calendario ha ofrecido al equipo la posibilidad de volver a jugar en el Camp Nou, oportunidad que el Barça no quiere desaprovechar porque quiere saldar la cuenta pendiente con la grada lo antes posible y, así, recuperar otra vez todo el crédito que ha tenido hasta ahora. No será tarea fácil dado que parece que los rivales están encontrando la manera cómo jugar al campeón, pero la verdad es que el Barça suficientes recursos para sorprender a sus enemigos.
A favor juega también la estadística en los debuts europeos del equipo catalán cuando ha abierto el fuego en la liguilla en el Camp Nou. En seis ocasiones tuvo que empezar la fase de grupos como local y, en las seis, fue capaz de sumar los tres puntos en juego.
La primera vez que lo hizo fue la temporada 1994-95, cuando se impuso 2-1 al Galatasaray. El equipo catalán debutó en las liguillas de la Champions el curso anterior, 1993-94, precisamente ante el Galatasaray, pero en el estadio Ali Sami Yen (0-0).
Después de tres debuts fuera (Newcastle, Manchester United y AIK Solna), el Barça volvió a abrir fuego en casa. En esta ocasión ante el Leeds, al que goleó 4-0. En la campaña 01-02 tuvo que empezar en casa, pero los atentados del 11-S en Estados Unidos aplazaron el debut y empezó fuera (ante el Fenerbahçe).
Después, 2002-03 empezó ganando al Brujas en casa (3-2). Debutó en 2004-05 y 2005-06 fuera (ante Celtic y Werder Bremen) y volvió a jugar en casa, ahora en tres ocasiones consecutivas, contra el Levski Sofía (5-0), Olympique Lyon (3-0) y Sporting Lisboa (3-1). La pasada temporada empezó en Milán, ante el Inter, donde pese a merecer el triunfo no pasó del 0-0.
El vertiginoso ritmo de competición que marca el calendario no permite saborear las victorias ni sufrir las derrotas. En fútbol, la revancha siempre está a la vuelta de la esquina.
Bueno cuando se llega de un KO y, seguramente, menos bueno cuando el último resultado ha sido positivo. En esta caso, para el FC Barcelona, el partido de mañana ante el Panathinaikos, correspondiente a la primera jornada de la fase de grupos, se espera ya con muchas ganas.
Ante los griegos el objetivo no será otro que sacarse la espina que dejó clavada el Hércules CF el pasado sábado, cuando, contra todo pronóstico, se llevó los tres puntos del Camp Nou y dejó la sensación de haber ‘atado’ al campeón de pies y manos. Y es que el FC Barcelona sólo creó peligro cuando avanzó por las bandas, no cuando trató de tejer su especialidad: el juego de toque para buscar ‘paredes’, ‘pasillos’ o ‘diagonales’.
Fue una decepción para la parroquia barcelonista, que esperaba mucho más de su equipo, especialmente después de haber ganado la Supercopa de España tras levantar un 3-1 en Sevilla y empezar a todo gas la Liga goleando al Racing 0-3 en Santander.
Pero el estado de idilio permanente que vivían equipo y afición sufrió un revolcón inesperado. Nada irreparable, pues la Liga apenas acaba de empezar, pero sí un toque de atención que viene a decir que no se puede vivir de rentas, que para seguir estando en la cima hay que pelear día a día, hora a hora, como había venido haciendo hasta ahora.
Otra vez preparados
El equipo ha preparado a conciencia el choque ante el cuadro heleno. Sabe que no puede fallar para no aumentar la duda que dejó ante los alicantinos. Y sabe que el mejor bálsamo después de un varapalo como el del sábado es responder, con la máxima solvencia y contundencia, en la siguiente oportunidad que se le presente. Es decir, contra el Panathinaikos.
El calendario ha ofrecido al equipo la posibilidad de volver a jugar en el Camp Nou, oportunidad que el Barça no quiere desaprovechar porque quiere saldar la cuenta pendiente con la grada lo antes posible y, así, recuperar otra vez todo el crédito que ha tenido hasta ahora. No será tarea fácil dado que parece que los rivales están encontrando la manera cómo jugar al campeón, pero la verdad es que el Barça suficientes recursos para sorprender a sus enemigos.
A favor juega también la estadística en los debuts europeos del equipo catalán cuando ha abierto el fuego en la liguilla en el Camp Nou. En seis ocasiones tuvo que empezar la fase de grupos como local y, en las seis, fue capaz de sumar los tres puntos en juego.
La primera vez que lo hizo fue la temporada 1994-95, cuando se impuso 2-1 al Galatasaray. El equipo catalán debutó en las liguillas de la Champions el curso anterior, 1993-94, precisamente ante el Galatasaray, pero en el estadio Ali Sami Yen (0-0).
Después de tres debuts fuera (Newcastle, Manchester United y AIK Solna), el Barça volvió a abrir fuego en casa. En esta ocasión ante el Leeds, al que goleó 4-0. En la campaña 01-02 tuvo que empezar en casa, pero los atentados del 11-S en Estados Unidos aplazaron el debut y empezó fuera (ante el Fenerbahçe).
Después, 2002-03 empezó ganando al Brujas en casa (3-2). Debutó en 2004-05 y 2005-06 fuera (ante Celtic y Werder Bremen) y volvió a jugar en casa, ahora en tres ocasiones consecutivas, contra el Levski Sofía (5-0), Olympique Lyon (3-0) y Sporting Lisboa (3-1). La pasada temporada empezó en Milán, ante el Inter, donde pese a merecer el triunfo no pasó del 0-0.
No comments:
Post a Comment